“Para nosotros, los del teatro, es importante regresar a Shakespeare por un momento. Después, volver a hacer nuestras propias cosas dándonos cuenta de que nada de lo que podamos hacer podrá llegar a ser tan bueno. Este sentido de la perspectiva no es desalentador, es una inspiración”.



Peter Brook




miércoles, 20 de julio de 2011

Apertura con clima de fiesta

VII EDICIÓN DEL FESTIVAL DE TEATRO DE RAFAELA

El encuentro rafaelino comenzó anteayer con un multitudinario desfile callejero, el acto inaugural y la presentación de, entre otras, “La familia argentina”, de Alberto Ure, dirigida por Cristina Banegas

Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del jueves 14 de julio de 2011)
La fiesta regresó a Rafaela. Como en ningún otro lugar del país, una ciudad a pleno festejó en la tarde del martes la vuelta del encuentro a nivel teatral más importante del interior del país, por convocatoria, calidad de programación y proyección nacional.
Tras el recorrido de una enorme araña realizada con globos, manteniendo los colores rojo y negro, representativos de la presente edición, el VII Festival de Teatro de Rafaela (FTR) dio el puntapié inicial con la complicidad de todos los rafaelinos que en estos años han aprendido a hacer propio un encuentro que no sólo nació con buena estrella sino que además llegó para quedarse.
Tras la fiesta callejera, alrededor de las 18.30, dio comienzo el acto inaugural, con la presencia de funcionarios, invitados y público en general, en el histórico teatro Lasserre. Lejos de cualquier tentación hacia el discurso político, en un año en el que abundan, una vez más, fueron las palabras iluminadas de la ministra de Innovación y Cultura de la provincia, Chiqui González, las que movilizaron a una platea que venía conmovida tras la pasada de un video recopilatorio del vasto y prolífico recorrido que ha hecho el FTR en estos años, donde el público ha sido uno de los grandes protagonistas. Para dar paso luego a las palabras del intendente Omar Perotti, convirtiéndose de este modo en los dos únicos oradores de la jornada.
Tras repasar algunas acepciones buscando definir qué es teatro, Chiqui González expresó: “Dijeron que el teatro estaba muerto, pero este festival demuestra que está más vivo que nunca. Este es el festival de la gente, y es un milagro. Y es tan bueno porque el teatro de Rafaela ha sido bueno siempre, muy experimental, en una ciudad que es muy experimental, que ha decidido traer el mundo a su casa”.
Por otra parte, la funcionaria, quien acredita una vasta carrera como directora y puestista, remarcó: “Este es un encuentro tan federal que están las mejores obras de Buenos Aires del mismo modo que aquellas que vienen de un pueblito perdido, o de Córdoba, Rosario o de la misma Rafaela. Este es un festival donde las cosas no están hechas sólo para quedar bien, porque los artistas locales pusieron tan alto el nivel, que ahora, a la hora de programar, se preguntan si lo que viene estará a la altura del público que se ha creado en Rafaela”.
Y finalmente, la funcionaria destacó el riesgo como uno de los grandes motores de este encuentro: “El riesgo está siempre presente, está en las obras, en el público, en la calle. Nada es puro, lo único puro aquí es que todo es impuro y eso es lo bueno; porque una de las marcas de este festival está en la hibridación de estéticas y propuestas, donde el escenario puede estar en el escenario, en las calles o en las plazas; por eso quiero decirles que este es, sobre todas las cosas, un gran invento de Rafaela y su gente. Y me permito un comentario que me remite a mi infancia: una vez una maestra le dijo a mi madre, que no era una intelectual, que yo era muy imaginativa. Yo le pregunté a mi madre si eso era ser mentiroso, y ella me respondió muy sabiamente: «Dijo que inventabas y el invento nunca es una mentira»”.
A su tiempo, Perotti resaltó el periplo que ha llevado adelante con su equipo en estos años y el crecimiento y la proyección que ha tenido Rafaela desde los bienes culturales: “Hoy, en cada barrio de la ciudad hay un espacio para el teatro, y eso se lo debemos a este festival que ha crecido tanto y del que se ha apropiado la gente, que nos acompaña masivamente año tras año”.
“Pero, este año, el festival se ha expandido también hacia otros lugares: tenemos una subsede en Sunchales y agregamos un día más a la grilla (de martes a domingo), al tiempo que es la primera edición que se erige con la ciudad declarada Capital Provincial del Teatro”, completó el funcionario, que de este modo comenzó a despedirse de su gestión, que finaliza el próximo 10 de diciembre luego de dos provechosos períodos al frente del municipio.

Deconstrucción de familia
Luego del acto de apertura, se presentó en el mismo escenario del Lasserre la maravillosa versión de La familia argentina, texto de Alberto Ure estrenado en 2010 en Rosario por Rody Bertol, que llegó aquí en versión porteña, bajo la dirección de Cristina Banegas. La obra, que esta noche ofrecerá en el Centro Cultural del Parque de España (Sarmiento y el río), a las 21, su segunda y última función en Rosario, desmenuza los conflictos de una familia que se construye a partir de los despojos de otra.
Compuesta por un largo prólogo y un breve epílogo, la puesta de Banegas, que cuenta con las estupendas actuaciones de los rosarinos Claudia cantero y Luis Machín, y la actriz porteña Carla Crespo, discurre a través de un texto que está plagado de guiños, en los que se evidencia la inteligencia de un observador iluminado: Ure es despiadado en su análisis de un modo de construcción de familia que se desmiembra, que se traiciona a sí misma, que se vuelve sinuosa, y hasta quizás improbable, pero que va en paralelo con el país que vendría en los 90, donde, como pasa con el triángulo que revela la pieza, imperó el individualismo por encima de los proyectos colectivos, y entonces, como en la nueva familia, el único destino es el fracaso.
(ver comentario completo en http://puroteatrorosario.blogspot.com/2011/07/una-comedia-atormentada.html)

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