“Para nosotros, los del teatro, es importante regresar a Shakespeare por un momento. Después, volver a hacer nuestras propias cosas dándonos cuenta de que nada de lo que podamos hacer podrá llegar a ser tan bueno. Este sentido de la perspectiva no es desalentador, es una inspiración”.



Peter Brook




martes, 10 de mayo de 2011

Diversos, anárquicos, efímeros



BALANCE DEL VIIº FESTIVAL ARGENTINO DE DANZA - SANTA FE 2011
Del evento organizado por la Universidad Nacional del Litoral, que tuvo lugar de jueves a domingo en la capital provincial, se destacaron trabajos como “Cariño”, de Buenos Aires, y “Potosí”, de Córdoba

Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del martes 10 de mayo de 2011)

La danza ha tomado caminos diversos en la última década, algunos de los cuales se volvieron anárquicos e incluso efímeros. Una muestra de esa diversidad algo fugaz fue la reciente edición del Argentino de Danza que por cinco jornadas (de jueves a domingo) llevó adelante, como lo hace cada año, la Secretaría de Cultura de la Universidad Nacional del Litoral en Santa Fe (UNL), por el que pasaron propuestas de la ciudad anfitriona como así también de Rosario, Córdoba, Neuquén, Rafaela, Tucumán y Buenos Aires.
Lejos de la convocatoria que tiene el Argentino de Teatro, organizado por el mismo equipo de trabajo e institución, que tiene lugar cada noviembre, aunque con igual atractivo en relación con la calidad de los espectáculo presentados, el Argentino de Danza ofreció un recorte aleatorio aunque interesante de una docena de espectáculos tanto de sala como de calle, algunos de los cuales revelaron bordes tan difusos en relación con el teatro que ambos eventos organizados por
la UNL podrían, a futuro, fusionarse en un gran evento que agrupe, con sus respectivas caracterizaciones, tanto a la danza como al teatro, convirtiéndose de este modo en único en su tipo.
Tal como estaba programado, el Argentino de Danza finalizó el domingo último con la puesta en escena de la performance Producto argentino, con dirección del rafaelino Marcelo Allasino, que tuvo lugar en el imponente Molino Fábrica Cultural, propuesta montada por el creador del Centro Cultural La Máscara con artistas diversos que participaron del festival, cuyo montaje se desarrolló en los mismos días del evento, al tiempo que el cierre de esta séptima edición estuvo a cargo de la Compañía de Danza de la UNL producción 2011, que estrenó El mismo hilo, con dirección de la santafesina Milagros Betemps, en la Sala Maggi del Foro Cultural.
De una programación casi sin fisuras, se destacaron en las primeras dos jornadas las propuestas que llegaron desde Tucumán, Rosario y Buenos Aires. En el primer caso, el grupo La 5ª Pata, que dirige el tucumano Marcos Acevedo, ofreció Entre las piernas, un espectáculo de danza-teatro que conjuga con mucho acierto ambos lenguajes (acaso el mayor desafío de esta fusión de estéticas) para narrar lo que podría entenderse como una versión libre de la novela Carmen, de Prosper Mérimée, mundialmente conocida por la clásica ópera homónima de Georges Bizet, compuesta a fines del siglo XIX y versionada infinidad de veces, que en varios pasajes musicaliza la puesta tucumana como marco de un universo sonoro vasto y profuso (también aparecen algunos parlamentos), donde se luce la bailarina Amelia Acosta por su intensidad y entrega.
Por el lado de Rosario, la bailarina y coreógrafa Paula Manaker desembarcó en la capital provincial con Oh! Imperfecta, un trabajo compuesto por siete segmentos temáticos (o piezas breves) con fuerte presencia del soporte audiovisual, donde la creadora de Cuco trabaja sobre universos ligados a la literatura con momentos en los que la música es interpretada en vivo por una violonchelista, instancias que aportan dramaticidad a un trabajo de fuerte impronta visual y de cuidada factura, sostenido por el talento de las bailarinas Ana Varela, Yerutí García Arocena y la propia Manaker, a quienes acompaña con el chelo Florencia Martinucci a partir de la composición de la música original de Alejandra Manzur y la realización de ilustraciones y animación de Ange Potier.
El mismo viernes fue el turno de Cariño, de la bailarina y coreógrafa porteña Mayra Bonard. Surgido como un trabajo experimental dentro del Centro Cultural Ricardo Rojas que depende de la UBA, Cariño es una propuesta en la que tres actores-bailarines-cantantes despliegan un desprejuiciado y fresco abanico de recursos, mientras juegan instancias vinculadas con el amor y el deseo. Si bien el trabajo abre infinitas puertas y no cierra ninguna, ofrece pasajes mágicos que recuerdan a los primeros años de la compañía porteña El Descueve, de la que Bonard fue una de sus insignes integrantes.
Imágenes de fuerte impronta poética mixturadas con otras en las que la destreza y el talento de los intérpretes desbordan y hasta sobrepasan lo narrativo, posicionan al trabajo (actualmente en cartel en Buenos Aires) entre los más atractivos, provocadores y singulares de los presentados en el festival.

El poder, el encuentro y la nada

Tras el paso el sábado de Díptico: Apriete la teta + Potranquita adorada, de Silvina Grinberg, donde la reconocida directora porteña resignifica con contundencia el imaginario del folclore y sus estereotipos, apelando al rol de la mujer dentro de ese imaginario eminentemente machista, llegó el turno de la maravillosa Potosí, obra cordobesa de Cristian Setién, quien además baila junto a Darío Martín Rodríguez, que se presentó en Córdoba dentro del proyecto Repatriados, ámbito que agrupó obras de artistas cordobeses radicados en Europa (desde 2005, Setién vive y trabaja en Alemania).
Más allá de la excelencia a nivel coreográfico de ambos intérpretes, en Potosí, Setién trabaja sobre la temática de la dominación, planteando en el marco de un espacio cotidiano un mundo extracotidiano, en el que “domar para dominar” parece ser e l gran objetivo.
Escribe el director: “Relaciones humanas, desde el germen, sólo dos para hablar de cómo han sido los encuentros entre civilizaciones. Para hablar de cómo se vació al Cerro Rico en Potosí (Bolivia) tras la llegada de los colonizadores a América. De cómo se opacó el cerro quedando así sin su brillo ni su plata, y en esa transfusión metálica se construyó desigualdad y se dejó a tanta gente enredada entre las pisadas de los poderosos. De cómo quedaron pueblos viviendo entre los tobillos de otros que caminan, y de cómo se han adiestrado civilizaciones para servir y ser silenciadas”.
Así, por algo más de 40 minutos, Setién y Rodríguez desandan el camino a través de un relato singular, con una puesta austera y contundente, que se vale de la danza contemporánea como lenguaje, poniendo de manifiesto el altísimo valor expresivo del cuerpo, cuyo simbolismo encierra todos los análisis posibles acerca de temáticas tales como la opresión, la dominación e incluso la resignación.
Más allá de la anécdota que da origen al espectáculo acerca de cómo se vació al Cerro Rico en Potosí, famoso porque en épocas de la colonia tenía las vetas de plata más imponentes del mundo, el trabajo abre otros interrogantes, como por ejemplo entender al cuerpo como el inagotable punto de partida en la danza más allá de modas, tendencias o estilos, que aquí están puestas al servicio de una historia abierta, fragmentada y singularizada por la incuestionable presencia escénica de ambos performers.
Setién y Rodríguez, lejos de “agotar su brillo”, y más allá del silencio imperante en todo el espectáculo (independientemente de la música que acompaña algunos pasajes), dejan oír el grito de una civilización que fue silenciada a través de una síntesis ingeniosa, reflexiva y extremadamente contemporánea.

Una Carmen contemporánea



VII FESTIVAL ARGENTINO DE DANZA SANTA FE 2011

El encuentro que organiza anualmente la Universidad Nacional del Litoral comenzó el jueves y tuvo como apertura la obra “Entre las piernas”, propuesta del grupo tucumano La 5ª Pata, que dirige Marcos Acevedo


Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del domingo 8 de mayo de 2011)
La VII edición del Festival Argentino de Danza, que conjuntamente con su versión dedicada al teatro –que se realiza en noviembre–, lleva adelante anualmente la Secretaría de Cultura de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), comenzó el jueves por la noche con la presentación de trabajos arribados a la ciudad de Santa Fe desde Tucumán y Neuquén, continuó el viernes con obras de Rosario y Buenos Aires, y finaliza hoy, entre otras actividades, con el estreno de Producto argentino (performance montada durante los días del encuentro con bailarines de diferentes puntos del país bajo la dirección de Marcelo Allasino), en el marco de un evento del que también participan trabajos de Rafaela y Córdoba, y que comprende tanto propuestas de sala como de calle.
“Siempre intentamos que la programación se nutra de lo que está sucediendo en la escena de la danza a nivel nacional, por eso es que invitamos a distintas provincias a participar. Es un encuentro que propicia el intercambio y el aprendizaje de la disciplina”, expresó a los medios de prensa que participan del evento Luis Novara, secretario de Cultura de la UNL.
De este modo, como pasa cada año, con la intención de hacer del festival un encuentro federal, abrió la jornada del jueves Entre las piernas, una singular versión de Carmen que bajo la dirección del actor, bailarín, coreógrafo y director Marcos Acevedo llegó desde Tucumán, para dar paso luego a las coreografías Para saber si existe el aire, de Juan Pablo Ríos; y Antropomorfia, de Leandro Kess, ambas producciones a cargo del Elenco Patagónico de Danza Contemporánea que llegó a la capital provincial desde Neuquén.
La jornada del viernes dio paso a trabajos que llegaron desde Rosario y Buenos Aires. En primer lugar, fue el turno de la obra rosarina Oh! Imperfecta, de Paula Manaker, y luego desembarcó en el Argentino la propuesta porteña Cariño, de la ex integrante de El Descueve, Mayra Bonard.

Pasión y reflexión

La puesta tucumana Entre las piernas es eminentemente un espectáculo de danza-teatro, dado que conjuga con mucho acierto ambos lenguajes para narrar lo que podría entenderse como una versión libre de la novela Carmen, de Prosper Mérimée, mundialmente conocida por la clásica ópera homónima de Georges Bizet, compuesta a fines del siglo XIX y versionada infinidad de veces, que en varios pasajes musicaliza la puesta tucumana como marco de un universo sonoro vasto y diverso. Pero, además, el espectáculo construye en paralelo un nuevo sentido latente en la pieza original, pensando al personaje, entre otras cosas, como una víctima de la violencia de género, en medio de sus arrebatados escarceos amorosos con los hombres que la cortejan y a los que seduce con su irremediable erotismo.
Así, un compendio de imágenes, desde la fragmentación tanto del lenguaje como del dispositivo escénico (compuesto a partir de proyecciones), conjugan la estructura fundante de una propuesta inquietante, que abreva en la teoría de poner en escena el deseo de libertad del personaje, algo que la bailarina y actriz Amelia Acosta, de incuestionables ductilidad y presencia escénica, consigue en cada uno de los pasajes del montaje, que completan Damián Carabajal, Hernán Lanús, Claudio Luna y Nancy Pedro, todos integrantes del grupo La 5ª Pata.
Escribió el director acerca de Entre las piernas: “El lenguaje de la danza es inequívocamente propio del universo de Carmen, y fueron las palabras quienes tuvieron que luchar por conseguir un lugar en su mundo donde prevalece la acción. Los sueños, los deseos, las emociones, los miedos conviven con ella. La pregunta es si el espejo (en este caso el escenario) devolverá la imagen que esperábamos ver”.
Por su parte, el Elenco Patagónico de Danza Contemporánea ofreció dos coreografías breves de estéticas disímiles. Se trató, en primer lugar, de Para saber si existe el aire, en la que la técnica no está puesta con algún fin narrativo sino que remite a un trabajo deliberadamente experimental acerca de los modos de apropiación del espacio. Por otra parte, en la más interesante Antropomorfia, el mismo equipo neuquino desarrolla, más allá de lo técnico, un trabajo en el que el humor y cierta ironía accionan en escena para trabajar sobre el tema de las emociones, apelando en algunos pasajes al absurdo como disparador para hablar del arte y sus alcances, y los vínculos entre lo que se narra y lo que se comprende, siempre partiendo de la tan transitada multiplicidad de sentidos que acopia el arte contemporáneo, y entendiendo la danza como un fenómeno cuyos códigos, muchas veces, dejan afuera al espectador más desafectado.

Colorido viaje murguero, entre el humor y la nostalgia




CRÓNICA MURGA. El pasado viernes por la noche, a sala llena, en el Club Sportivo América, Agarrate Catalina desplegó su particular histrionismo para presentar en Rosario “Gente común”,
su último y elogiado espectáculo, ganador de varios premios en el reciente Carnaval uruguayo

PorMiguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del lunes 2 de mayo de 2011)

Como un hilarante integrante de un masivo grupo de autoayuda que buscaba “curarse del karma” de ser uruguayo, el histriónico Yamandú Cardozo, tras la apertura y luego del paso de Los Ladrones de Sonrisas (Bigand) y La Cotorra (Rosario), desplegó frente al micrófono un breve pero imprescindible compendio que bajo el genérico “Pequeño Catalina Ilustrado”, agrupó una serie de aclaraciones y modismos que permitirían a los presentes interpretar mejor Gente común, un espectáculo maravilloso.
Se trata de la última osadía escénica de la murga uruguaya Agarrate Catalina, ganadora del último Carnaval del vecino país, que el último viernes por la noche colmó las instalaciones del Club Sportivo América y con la que el grupo festeja su primera década de vida y los premios ganados en el reciente Carnaval, un hecho que amerita la “pizarreada” (término uruguayo equivalente al argentino “agrandarse”) de toda la compañía.
Antes del comienzo del show, la boletería agotada y los tamboriles sonando, hacían presuponer una noche festiva con aires futboleros, denuncia social y crítica a las instituciones, acaso los lugares más transitados de uno de los más populares géneros rioplatenses, pero La Catalina fue por más.
Así, en medio de un show marcado por el discurso político y el humor, aunque con dosis iguales de alegría y de nostalgia, la murga llenó de ritmo y color el enorme gimnasio de Tucumán al 2100 en una gala en la que el predio fue “bautizado” como el primer tablado rosarino.
Lejos de algunas de las pretensiones filosóficas que marcaron trabajos anteriores tales como El corso del ser humano, El viaje y Civilización, los tres últimos de la agrupación, aunque sin perder profundidad y reflexión en su entramado, el espectáculo que llevan adelante los hermanos Yamandú y Tabaré Cardozo al frente de un equipo de más de veinte artistas, es el más renovador de Agarrate Catalina de los conocidos a la fecha, y quizás allí radique el impacto que implicó su presentación en Uruguay.
Por un lado, porque desde la pretensión de acercar la propuesta al público, el discurso de la murga, por el llano y con las palabras más comunes, adquiere un vuelo inesperado: política, fútbol y problemáticas sociales compartidas por toda Latinoamérica, como la arbitrariedades del reparto de la riqueza o la pobreza como generadora de violencia, marcan a fuego la propuesta de la murga que sabiamente acomoda sus denuncias en medio de las jugosas canciones, con letra y música especialmente compuesta para la ocasión. Por otra parte, la estética y puesta en escena del espectáculo más aclamado de los tablados uruguayos del reciente verano, pone distancia de la conocida a la fecha: del lado del vestuario y maquillaje, los brocatos y sedas de “profundo carmesí” recuerdan mucho a los utilizados por la Comedia del Arte (lo que se revela como un homenaje a uno de los orígenes de la estética murguera), sumado a dispositivos que permiten con mínimos cambios o accesorios dar forma a los personajes que van transitando cada tramo.
Aunque el mayor capital de toda la propuesta está en el recorrido por los mundos más “comunes” que transita la performance a nivel ideológico. Desde el paródico análisis del primer año de gobierno de José Pepe Mujica de manos de la murga “más oficialista” del Carnaval uruguayo en el que brilla la fina ironía, pasando por los conflictos sociales que marcaron a fuego la vida de los vecinos en igual lapso de tiempo, los “singulares” veraneantes argentinos en Cabo Polonio, el último Mundial de Fútbol (en el que la Selección de Uruguay se quedó con el cuarto puesto) y hasta las contradictorias digresiones de los dogmas familiares, para terminar metiéndose con la Iglesia, el espectáculo se vuelve irremediablemente divertido, y al mismo tiempo, mordaz e incisivo.
Con Tabaré Cardozo como director, quien junto con su hermano Yamandú compuso las letras de las canciones, Gente comúntransita pasajes tan festivos como el del Coro de las Hermanas Catalinas, para contar la historia de los verdaderos “placeres” del padre Atilio, o los de una familia que traduce su impronta xenófoba en bondad y buenaventuraza, para pasar a otros, esos de las vidas “más comunes”, las de los solitarios como espectros, en los cuales “El cuplé de la violencia” se erige como uno de los pasajes más reveladores tanto a nivel discursivo como de puesta en escena.
Como todo lo bueno termina rápido, luego de algo más de una hora de show, cuando pasadas las 23 llegó la hora de los bises, los estrepitosos aplausos iban por más y los presentes ni siquiera imaginaban abandonar el recinto. El primer regalo fue un extraordinario solo de bombo, redoblante y platillos. Luego, la generosidad de los uruguayos determinó la convocatoria al escenario de sus colegas argentinos (Los Ladrones de Sonrisas y La Cotorra), quienes a modo de
soporte habían abierto la jornada. Ya era hora de la retirada. Como en pleno Carnaval, bajaron del tablado todos juntos para terminar tocando en la vereda y en la calle. El frío que marcó la inestable noche del viernes no se sintió, la hermandad uruguayoargentina, una vez más, dijo presente. Ahora sólo habrá que esperar a que la profusa gira que en un enorme “motorhome” los lleva a recorrer miles de kilómetros regalando su arte maravilloso, los traiga de regreso.