“Para nosotros, los del teatro, es importante regresar a Shakespeare por un momento. Después, volver a hacer nuestras propias cosas dándonos cuenta de que nada de lo que podamos hacer podrá llegar a ser tan bueno. Este sentido de la perspectiva no es desalentador, es una inspiración”.



Peter Brook




viernes, 30 de marzo de 2012

“Yo no podría cantar algo que no siento”



ÍNTIMO. María Graña habla de “Entre nosotros”, el show que la trae de regreso a Rosario para presentarse esta noche, a partir de las 21, en el teatro municipal La Comedia, donde interpreta un puñado de clásicos junto al maestro Esteban Morgado


Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del viernes 30 de marzo de 2012)
Un puñado de canciones conocidas, reversionadas y elegidas a partir de la mirada del público, van de la mano de la sensibilidad y el talento de una dupla que fue la gran sorpresa de la pasada temporada porteña. Con Entre nosotros (ya desde el título se alude a una cierta intimidad), la cantante María Graña y el músico Esteban Morgado junto a su cuarteto le dieron forma a un proyecto que nació de la necesidad de estar cerca de la gente, esa misma gente que la considera la mejor voz femenina del tango desde hace cuatro décadas.
Entre nosotros desembarcará esta noche, a las 21, en el teatro municipal La Comedia (Mitre y Ricardone), y por allí pasarán clásicos como “Nada”, “Malena”, “Cafetín de Buenos Aires” o “Caserón de tejas”, piezas tan porteñas como el reducto 36 Billares donde tomó forma y se consolidó un proyecto que, finalmente, entre aplausos y bises, derivó en un disco.
“En realidad, este disco surge a partir del ciclo que hicimos el año pasado en 36 Billares (en el corazón de la porteña Avenida de Mayo), y fue concebido ahí, en ese lugar que es tan emblemático de Buenos Aires y al que la gente apoyó muchísimo. Fue en el marco de esa exitosa serie de presentaciones que empezamos a pensar el repertorio, y se dio, casi de modo casual, que el público terminó eligiendo los temas, porque en realidad este fue un espectáculo en el que pensamos mucho en el público”, relató María Graña, la misma que a lo largo de su vastísima trayectoria compartió escenarios, entre otros, con el maestro Osvaldo Pugliese, con quien debutó
en 1973.
“Creo que este formato que le dimos –continuó– es muy loable, porque aquí están María y Esteban solos, cantando con la guitarra y para el público, y luego con el cuarteto (de Esteban Morgado) que le dio a toda la propuesta un color diferente, una calidad singular”.
Con relación al lugar que ocupa dentro del ámbito de la música popular argentina, la cantante reflexionó: “Siempre pensé que lo más importante es el reconocimiento que viene de parte del público, más allá de la opinión de los colegas. Porque cuarenta años en esta bendita profesión me han valido, entre otras cosas, para ser reconocida con importantes premios, pero siempre es más valioso ser reconocido, como artista, por el público; ése es un premio muy importante, el más importante de todos”.
Por otra parte, Graña reflexionó acerca del lugar que ofrece el medio a los verdaderos artistas, en un época en las que los “artistas” suelen salir de los realities: “Yo creo que de a poco se van ganando lugares y nuevamente se está pensando, como pasa por ejemplo con la Televisión Pública, en darle un lugar al tango; tengo la sensación de que en muy poco tiempo los tangueros vamos a volver a tener algún programa de tango importante en tevé, que además es un espacio muy necesario. Por eso es que no miro los realities para cantantes porque no me llaman la atención. Yo viví una época de la televisión muy importante donde el protagonista era el artista, y viví una televisión diferente, en la que disfruté mucho de estar cerca de los grandes maestros. Por eso, en este momento no me interesa ver esta televisión porque es demasiado ficticia”.
En relación con la vigencia de algunos cantantes surgidos de los concursos televisivos y de la radical diferencia entre un cantante y un artista, Graña expresó: “La diferencia está en que un artista se hace a partir de su trabajo y a los cantantes de ahora, esos que surgen de los realities, los hacen los productores”.
Respecto de la selección de temas, en el marco de un repertorio siempre abierto a la demanda del público de cada velada, la cantante detalló: “Son tantos años y tantas canciones, que fueron forjando un repertorio muy extenso; he cantado muchos tangos, pero siempre digo que el que tiene que elegir, en definitiva, es el público, que es al que nosotros apuntamos para dejar el recuerdo de los grandes autores y compositores de la música popular, como Sebastián Piana y Cátulo Castillo en “Caserón de tejas”, Discépolo, Delfino o la dupla Piazzolla-Ferrer («Oblivión»). Pero, además, he sido siempre muy cuidadosa con el repertorio que elijo, porque primero me tiene que gustar a mí para después poder transmitírselo al público; lo importante es que lo que interpreto sea creíble: yo no podría cantar algo que no siento”.
Por otra parte, respecto de la participación del público en el show, detalló: “La gente siempre pide aquello que quiere escuchar, y con Esteban tenemos una situación que se repite, en la que, en el camarín, yo le recuerdo algún tango y él, con su maravilloso virtuosismo con el que puede tocar todo lo que se propone, y su gran generosidad, siempre me dice: «Si querés lo hacemos»”.
Del lado de Graña, Entre nosotros está dedicado a Mochín Morafioti, el recordado maestro de la música y la radiofonía argentina que además fue su marido: “Yo lo recuerdo permanentemente, porque no sólo fue un gran esposo y padre de mis hijos, sino también un gran manager que me guió en momentos muy importantes y definitorios de mi carrera, en los que me aconsejaba, siempre, que hiciera aquello que me gustaba. Juntos escuchábamos mucha música: yo aprendí a escuchar música con Mochín, a poder entender la música desmenuzándola. Y así, por ejemplo, escuchábamos algunos discos de Sinatra o de Tony Bennett, a quien sigo escuchando siempre, y quizás no muchos discos de tango. Él fue quien me enseñó a escuchar la buena música y eso fue muy importante para mi trabajo”.
Finalmente, respecto de la grabación de una versión de “Nada” (tango que también se incluye en el presente CD), que la cantante compartió con la recordada Mercedes Sosa en el disco doble (un verdadero legado) Cantora, expresó: “Fue una experiencia maravillosa, porque Mercedes fue siempre una gran colaboradora de los músicos y artistas y yo, que tuve la suerte de conocerla bien de cerca, siento que haber participado en Cantora es pertenecer, formar parte de un disco que ya es histórico”.

martes, 20 de marzo de 2012

El movimiento como relato





DANZA CONTEMPORÁNEA. El domingo último, en la sala Príncipe de Asturias, del Centro Cultural Parque de España, las bailarinas japonesas Minako Seki y Yuko Kaseki, por primera vez de visita en la ciudad, mostraron “Doro Doro quarks”, un espectáculo con reminiscencias de Butoh, marcado por la poética de los cuerpos


Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del martes 20 de marzo de 2012)

En una primera imagen, pareciera revelarse que los despojos de un pasado de tragedias dan origen a algo nuevo. Hay allí una génesis y una metamorfosis: dos cuerpos emergen de un magma creado por muchos otros cuerpos, y también por algunas de sus partes. Parecen cuerpos replicados, uniformados, que jugarán en espejo esos lugares comunes de un mundo que los asfixia y luego se extingue. Mientras esos cuerpos adquieren su forma “definitiva”, la metamorfosis se vuelve perturbadora.
Se trata del comienzo de Doro Doro quarks, espectáculo que el último domingo pasó por la sala Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España, de la mano de las extraordinarias bailarinas y coreógrafas japonesas, radicadas en Alemania, Minako Seki y Yuko Kaseki, quienes brindaron en la ciudad un seminario de tres jornadas dedicado a bailarines y coreógrafos, para luego ofrecer una única función de su primer trabajo conjunto.
Entre el estupor y la osadía, pero siempre desde la sutileza, lo que propone Doro Doro quarks es, también, una mutación hacia adentro de la estética de la danza de vanguardia japonesa Butoh. Al parecer, poco queda aquí de los espasmódicos movimientos espectrales clásicos del género, y mucho de la estética vigente en Europa (sobre todo en Alemania) parece apropiarse de los pequeños pero maravillosos y plásticos cuerpos de estas dos “movers”, algo que, en principio, definiría la conjunción entre bailarina, narradora, poeta y actriz, entre otras vertientes del arte, que ambas parecieran transitar con su minucioso trabajo.
Pero más allá de todo, son cuerpos entrenados en esa estética de origen, y es así como reconstruyen en su mundo, en su propio lenguaje corporal, los orígenes de un “todo” que hoy las revela a partir de trabajar en escena movimientos que parecieran no pertenecer, dada su impronta, al mundo de los humanos, quizás porque ponen en práctica un concepto estético en el que la “disfunción” es elegida como una manera de creación.
En la propuesta, primer dueto de Minako Seki y Yuko Kaseki con música de Zam Johnson, prevalece el mensaje latente de un mundo en extinción, de seres cercanos pero incomunicados, problemática que está planteada desde la más pura conexión de lo coreográfico con el relato.
Tanto es así, que en los momentos más performáticos, incluido un monólogo a público, poco importa a la platea la distancia que puede imponer el lenguaje (dicho entre un japonés inevitable, un inglés forzado y un castellano monosilábico), porque lo que prevalece en la propuesta, que conjuga música, danza y poesía, es el lenguaje del cuerpo, lo que dicta el movimiento y la expresión, entendiendo al movimiento como génesis del relato.
Doro Doro quarks se monta sobre un espacio despojado, apoyado en una estudiada e inteligente puesta de luces, con el soporte de una música que lejos de disuadir, acompaña, pero donde el protagonismo absoluto de toda la propuesta de poco más de 50 minutos está en la plasticidad corporal de ambas performers, en la sensibilidad manifiesta para poner en escena aquello que, como arrebatos, transita la memoria, apelando en el imaginario del espectador a una infinidad de mundos que conviven entre lo que acontece en escena y lo que eso provoca en quien lo ve, donde poco tiene para hacer la razón y mucho el permanente diálogo con el inconsciente.
Hay en el trabajo un sentido personalísimo: una especie de “tiempo detenido” que va en absoluta concordancia con lo que Minako Seki define como “dancing between” (algo así como “danzando entremedio”), un tiempo que pone distancia del pasado pero que tampoco se deja seducir por completo por el presente, un tiempo casi irracional que se vuelve más que propicio para poner en marcha la inagotable máquina de la creación.

sábado, 17 de marzo de 2012

Palabra, sonido, cuerpo y movimiento




DANZA. La bailarina Alicia Boggián habla de la propuesta de las japonesas Minako Seki y Yuko Kaseki, que presentan el espectáculo de danza Butoh “Doro Doro Quarks”, mañana, a partir de las 20, en el Centro Cultural Parque de España


Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del sábado 19 de marzo de 2012)
En el marco de una importante gira por Latinoamérica, y tras varias jornadas de seminario en la ciudad (de martes a viernes), mañana a las 20, en la sala Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), se presentará el espectáculo Doro Doro Quarks, a cargo de las bailarinas japonesas de danza Butoh Minako Seki y Yuko Kaseki.
Partiendo de la premisa de un minucioso trabajo con la energía, y apelando a revisar los lugares clásicos de una estética compleja como es la del Butoh contemporáneo, en Doro Doro Quarks, definida como una propuesta que conjuga danza, poema y performance, el dúo abreva en una experiencia entre palabra, sonido, movimiento y cuerpo, a través de la cual investiga el origen del cuerpo, el lenguaje y la danza.
Desde hace veinte años, estas dos bailarinas japonesas, actualmente radicadas en Europa, encontraron un terreno fecundo en Berlín (Alemania) para el desarrollo de sus obras, basadas en la danza japonesa de vanguardia Butoh y en la danza contemporánea.
“Minako Seki es una bailarina que ya estuvo en Rosario el año pasado, y que frecuenta la Argentina con este tipo de espacios desde 2007. El trabajo con ella es muy interesante, no sólo para los que ya somos viejos bailarines de Butoh y que hace algunos años que comenzamos, sino también para toda una camada de gente nueva que se ha interesado en esta danza y que viene de otros lenguajes, incluso desde la actuación”, detalló la bailarina y coreógrafa local Alicia Boggián.
Respecto de ciertos orígenes de la estética en los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki acontecidos durante la Segunda Guerra Mundial, y de su correlato con la actualidad, la bailarina especificó: “Hoy, dentro del Butoh, hay varias estéticas. Por ejemplo: el año pasado estuvo en Rosario Katsura Kan, que viene de una línea más tradicional, y él sostiene que ese imaginario creado alrededor de los bombardeos es una versión más estadounidense de la danza. Y en el caso de Minako Seki y Yuko Kaseki tienen una visión más contemporánea de esta danza, más allá de sus raíces en los orígenes, en los ancestros. Ellas son más permeables, y en su propuesta se revela cierta contemporaneidad, pero eso es algo que en la actualidad es común a todas las danzas, a excepción de aquellas extremadamente tradicionales”.
Reconocidas individualmente en todo el mundo por sus presentaciones, colaboraciones y talleres, ambas artistas ofrecen a través de Doro Doro Quarks su primera pieza en conjunto. Respecto de su lenguaje para la danza, Minako Seki sostiene: “Mi planteamiento básico para bailar es estar metafóricamente colgando en lugar de estar de pie. Entro en suspensión a través de un hilo, que desde el perineo está conectado con el centro de la tierra y desde la coronilla me permite colgar del universo. Así es como recibo todas las vibraciones e influencias que transmito a mi danza desde los impulsos del cuerpo. Y así es como me dejo mover por las impresiones que despiertan en mí los estímulos del paisaje y de sus elementos, como temperatura, sonidos, materiales y otros seres”. Y agrega: “Mis coreografías son el resultado del desarrollo de mundos personales desde la imaginación y la intuición, y no de construir desde una metodología racional dada. La transformación mágica de estos universos en danza es la clave de mi trabajo. La metamorfosis parte de alcanzar un estado de concentración total para dar libertad absoluta a mi fantasía y a mis sentidos”.
Boggián dio su percepción respecto del Butoh en relación con otras danzas más tradicionales japonesas: “Danza Butoh rompe con las danzas tradicionales japonesas abriendo otras puertas, sobre todo después de la década del 50 con Kazuo Ohno. Pero siempre estamos hablando de la impronta de un cuerpo japonés, oriental, que dista bastante del occidental. Después se incorporaron otros elementos como la luz que, precisamente, es uno de los datos más fuertes que tiene Doro Doro Quarks: es una puesta de sonido y luces muy compleja pero muy interesante, pero no compleja desde lo tecnológico, sino de cómo se trabaja la danza, la música y las palabras en un mismo contexto”.
Finalmente, la directora recordó que, merced a un gran esfuerzo, se consiguió montar el espectáculo con entradas accesibles: “La de mañana es una propuesta de primer nivel internacional, y es muy accesible con una entrada única de 35 pesos, contando además con una entrada especial de 15 pesos para los alumnos de las escuelas dependientes del Ministerio de Innovación y Cultura”.

miércoles, 14 de marzo de 2012

“Quiero recorrer el país y tomar contacto”



NOMBRAMIENTO. El teatrista Guillermo Parodi, nuevo director Ejecutivo del Instituto Nacional del Teatro, ofrece algunas apreciaciones de lo que será su gestión, a poco de haber asumido, y luego de desempeñarse como Coordinador del Área Teatro del ECuNHi


Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del miércoles 14 de marzo de 2012)
En medio de una serie de cuestionamientos, acusaciones y pujas internas que terminaron hace algunas semanas con la renuncia de Raúl Brambilla luego de ocho años de gestión, se conoció el viernes último la noticia del nombramiento de Guillermo Parodi como nuevo director Ejecutivo del Instituto Nacional del Teatro (INT), organismo que se encuentra dentro de la órbita de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación.
Actor, director, dramaturgo y profesor de actuación, desde 2008, Parodi venía desempeñándose como Coordinador del Área Teatro del Espacio Cultural Nuestros Hijos ECuNHi, de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, que funciona en la ex Esma.
Según se informó desde la oficina de prensa del INT, allí diseñó y gestionó, entre otros, el Proyecto Educativo Bicentenario-ProEBi con su programa “El ECuNHi hace escuela”, y el Festival Nacional de Teatro Celebración.
Parodi, de 44 años, desarrolló su formación actoral en la escuela Andamio 90, dirigida por la recordada Alejandra Boero, y completó sus estudios teatrales en la Escuela de Arte Dramático de la Ciudad de Buenos Aires, en las carreras de Puesta en Escena y Dirección y también de Dramaturgia. Fundador del grupo El Pliegue junto con Carla Llopis, el creador concretó en su seno diversos trabajos como autor, actor y director.
“Hace apenas días que asumí y por el momento estoy tomando contacto y conocimiento con toda la situación del INT, y con las cosas que han estado sucediendo; por supuesto que, como teatrista, estaba al tanto de lo que estaba pasando, dado que soy un hombre de teatro desde hace casi 30 años. De todos modos, una cosa es estar por fuera y conocer lo que pasa desde afuera, y otra es estar adentro y al mando de la gestión”, relató Parodi.
Quien también fuera coordinador de diversos talleres de formación y perfeccionamiento para estudiantes y artistas profesionales, y programador de actividades artísticas dentro del marco de muestras de artes visuales, aseguró: “Lo que puedo decir por el momento es que mi interés está puesto en acercar aún más el INT a la gente que hace teatro, y voy a trabajar denodadamente para eso. Quiero recorrer el país y tomar contacto cara a cara con cada una de las regiones y cada una de las problemáticas que aparecen, teniendo en cuenta que cada región tiene su idiosincrasia, su cultura y su manera de entender el fenómeno teatral”.
Respecto de los alcances que prevé para su gestión, el flamante funcionario se cuestionó: “La pregunta que me hago inicialmente es para qué se creó el INT, y lo que concluyo en mi pensamiento íntimo tiene que ver con entender que el INT se creó para acercar más teatro a la gente, es decir más cultura, sobre todo a mucha gente que no tiene acceso a ese tipo de bienes. Y para eso, hay que darle espacio a los teatristas, a los creadores, facilitar su trabajo y que tengan acceso a la difusión de sus obras, por eso es que sostengo que cada teatrista del país tiene que tener su espacio de desarrollo. Sé que es algo que lleva tiempo, pero mi compromiso es total para que esto suceda, porque yo vengo de ahí: yo he llenado planillas de subsidios, yo hice espectáculos e incluso he recorrido el país con ellos. Y también como coordinador en el ECuNHi he visto de cerca un pantallazo de lo que pasa en las distintas regiones. Por eso creo que una de las claves está en escuchar, hablar, dialogar y poder reflexionar todos juntos”.
Con relación a la implementación de una serie de políticas tendientes a acercar las problemáticas del teatro independiente al INT, en muchos casos comunes a los diferentes lugares del país donde se produce teatro, Parodi explicó: “En este momento, la comunidad teatral en su totalidad tiene cosas para decir y creo que es necesario que nos reunamos y escuchemos para ver de qué modo podemos mejorar esta Ley (Nacional de Teatro, Nº 24.800), hacerla todavía más federal y más inclusiva, en sintonía con lo que este gobierno propone”.
“Lo primero que quiero hacer es ir a donde está la gente, acercarme a cada una de las reuniones de autoconvocados. Como pasa en Buenos Aires, sé que también pasa en cada región, en cada provincia. La idea es ponerme en contacto con los teatristas porque en definitiva son los que sostienen la actividad. Yo sé de qué se trata porque he sido desde boletero hasta director y dramaturgo: sé colgar un tacho, poner una escenografía, coordinar o dirigir un grupo o bien reflexionar sobre lo teatral y de cómo se percibe el hecho estético en el público. En definitiva, hay
que ver cuáles son las problemáticas para después elaborar políticas, pero eso no será posible si antes no aparece la instancia del diálogo”, completó el funcionario, quien además es hijo de la reconocida y popular cantante Teresa Parodi.
En otro momento de la charla, el nuevo director Ejecutivo habló acerca del reclamo de algunos sectores del ámbito teatral respecto de la claridad en la administración de los fondos públicos: “Hay algo que tiene que ver con la transparencia, la claridad y la pulcritud, pero sobre todo con la comunicación. Me parece que el INT, y es algo que puedo aventurar como una primera idea, tiene que mejorar la comunicación en relación con aquellas cosas que hace y cómo las hace. Hay cosas que mejorar respecto de cómo se administra, de todos modos, hace 14 años que el INT funciona y también es cierto que ha mejorado mucho la actividad teatral en todo el país a partir de su aparición, y ha habido mucha gente que ha trabajado denodadamente para que eso pase. Pero ahora hay que dar una vuelta de rosca más y hay que mirar más fino. Hay que ser más ordenados y más pulcros a la hora de administrar los recursos. De todos modos, es real que los recursos son los que son y hay que repartirlos entre muchísima gente”.
Finalmente, Parodi habló de aspectos a debatir, como por ejemplo la necesidad de generación de un público: “Empiezo a pensar que habría que cambiar también un poco el eje de la discusión; me pregunto cómo se percibe el hecho estético, cómo se consume teatro, como se lo analiza; porque el teatro funciona con los actores en el escenario, pero también funciona si hay espectadores y no de otro modo. Creo que muchas veces, por nuestro propio apasionamiento con lo teatral, quedamos mirándonos entre nosotros mismos. Hay muchas cosas que tenemos que replantearnos entre toda la comunidad teatral y para eso pido el acompañamiento de todos”.




lunes, 12 de marzo de 2012

De canciones sin fronteras

Foto gentileza: AGUSTÍN BARIDÓN

VISITA. El sábado último, a sala llena en la Lavardén, en el marco de su primera gira nacional, se presentó en Rosario la cantautora española Olga Román, quien ofreció un show en el que brillaron sus bellas
composiciones repartidas en tres discos, en el marco de una noche de comunión musical y poética


Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del lunes 12 de marzo de 2012)
La musicalidad sin fronteras como un norte cercano y posible, la certeza de un oído prodigioso, el profesionalismo que todo lo puede (aún cuando los problemas de sonido intenten boicotearla) y un puñado de canciones que transitan historias vividas o narradas, son algunos de los pilares de la propuesta de la cantante española Olga Román, que el sábado último pasó y llenó la sala Lavardén, acompañada por un cuarteto de músicos compuesto por bajo, guitarra, teclado y percusión, para confirmar, también en Rosario, en el marco de su primera gira nacional, que allá lejos y hace tiempo quedó su pasó de más de una década como compañía vocal de su compatriota Joaquín Sabina.
“Cuando la voz de Sabina se hacía cenizas, aparecía esta mujer con su hilo de oro”, dijo poco antes del show de Román el cantautor rosarino Pedro Reñé, quien abrió la noche con tres de su canciones y presentó parte de su disco doble Nos y Otros, haciendo gala de su ingenioso “pedritófono”, una pequeña cajita rellena con arroz que, repartida en la platea, sirvió a modo de objeto de percusión, y que a lo largo de la noche tendría un protagonismo inesperado.
Luego, tras el paso del porteño Hernán Lerner, en parte responsable de la visita de Román al país que comenzó el jueves en el porteño ND / Ateneo y que anoche continuó en la ciudad de Santa Fe (luego vienen Río Cuarto, San Luis, Mendoza, Córdoba, Mar del Plata y Bahía Blanca), llegó el turno de la española, quien por algo más de una hora y media de show, repasó sus tres discos: Vueltas y vueltas, Olga Román 2 y Seguir caminando, su último material editado en 2011.
El show comenzó con “Un par de cosas que hacer”, con el que abre su último CD, en el marco de una velada donde se escucharon, de su primer registro editado en 2001, piezas tales como “Te querré”, “Nada es suficiente” y “No da igual”, para dar paso, del segundo, fechado en 2005, a “Brindis”, “Como si nada”, “Ahora ya ves”, “Apareces”, “Eso y todo lo contrario”, “Un día particular” y “Me asomo”, que también grabó Juan Carlos Baglietto, algo que, según dijo, la llenó de orgullo.
En el medio, se lucieron canciones de su último material, del que participaron Sabina, y los cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, tales como la referida “Un par de cosas que hacer”, “Que sí, que no”, “Seguir caminando”, “Margarita”, la más “sabinera” de todas (de hecho, el cantautor aporta su voz en esa canción), “Desde entonces”, “No me digas cómo”, “He soñado”, “Me esperas” y “Eh! morena”.
Las bellas letras de Juan Uría, quien compone especialmente para la cantante desde su segundo registro, y que abrevan en una poética agridulce, donde la universalidad de encuentros y desencuentros parecieran fundamentar cada una de las estrofas, encontraron en la música de Román la sonoridad exacta, la métrica precisa, en composiciones que lejos de cualquier prejuicio, muestran su multiplicidad de influencias. Es allí donde brillan los reflejos del jazz y el soul de sus años en la Escuela Berklee de Estados Unidos, la bossa nova y los sonidos del Brasil que tanto la seducen (“yo no sé porqué no soy brasileña”, se preguntó en un pasaje del show), el flamenco y la música de su tierra, y hasta las diferentes aristas del folclore latinoamericano, entre la tradición y la revisión, dado que todos estos géneros juntos conviven y dibujan una cadencia tan propia como singular, tan agradable como infrecuente, que a veces coquetea con el pop pero que, por suerte, sabe alejarse a tiempo.
Así, sutil y atenta a los más pequeños detalles de percusión que pasaron por sus manos, y en medio de los problemas de sonido que tuvo que afrontar a lo largo de todo el show, el “pedritófono” fue la excusa perfecta para una pequeña improvisación mientras las cosas volvían a su lugar, en el marco de una noche mágica, de comunión, de agradecimientos y de la profusión de la propuesta de una verdadera “hacedora de canciones” que encontró en Reñé y Lerner a dos grandes compañeros de ruta.
Algo más de una docena de canciones después, y con la certeza (y el compromiso) de estar “en la ciudad de Fito, Baglietto y Messi”, tal como expresó promediando el show, a la hora de los bises, y cuando se calentaba la platea que casi al unísono le pedía a gritos “Ahora ya ves” (que cantó al final) y ni pensaba en abandonar la sala, Román tomó por asalto el piano y regaló una hermosa versión de “Canción del jangadero”, de Falú y Dávalos, en la que su voz pareció tomar prestada la sonoridad del río Paraná que había recorrido unas horas antes y que la había maravillado.
Ya estaba escrito: lo de Román y Rosario fue un amor a primera vista, el romance está iniciado, ahora sólo falta que ella regrese.

viernes, 9 de marzo de 2012

Seducidas y abandonadas


ESTRENO TEATRO. El actor y director teatral rosarino radicado en Buenos Aires Pablo Razuk habla de “El hilo de vos (z)”, de Sabatino Cacho Palma, que cuenta con las actuaciones de las actrices Milva Scollo y Macarena García, que se presenta esta noche, a partir de las 22, en La Manzana, de San Juan 195


Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del viernes 09 de marzo de 2012)
Dos mujeres en su cotidianidad, dos costureras que singularizan el espacio escénico que comparten (aunque se desconocen) a partir de unos pocos objetos, donde una máquina de coser se revela como todo un símbolo. Son Penélope y Ariadna, dos costureras que cosen para otros, “tejedoras” de una trama real y de otra que remite a lo simbólico. Pero no son sólo aquellas de la mitología, sino que también son otras más cercanas, construidas a partir de la revisionista mirada
sobre estos personajes que el dramaturgo, director, docente e investigador teatral rosarino Sabatino Cacho Palma recreó a partir de El hilo de vos (z), un monólogo que, retomado por el actor, director y docente rosarino radicado en Buenos Aires Pablo Razuk, se concretó como una obra para dos personajes, que se conocerá para el público esta noche, a partir de las 22, en La Manzana (San Juan 1950).
El espectáculo, que la semana pasada tuvo su preestreno para prensa e invitados, cuenta con las actuaciones de las talentosas Milva Scollo y Macarena García, y se revela como una síntesis entre la poética clásica y la contemporánea, buceando en el imaginario cotidiano hasta encontrar en el relato dónde podrían estar estas dos mujeres que comparten en su historial el hecho de haber sido seducidas y luego abandonadas.
El hilo de vos (z) en una obra que se conformó con la unión de dos monólogos. Por un lado, aparece una adaptación de La voz humana, de Jean Cocteau (que Palma ya había estrenado en Rosario), y por otro, un texto escrito de cero por Cacho Palma, quien no solamente escribió, sino que además fue quien conformó este equipo de trabajo a la distancia”, relató Pablo Razuk a El Ciudadano acerca de la unión de todos estos rosarinos, quienes además, en el caso de las actrices, que en la actualidad también se encuentran radicadas en Buenos Aires, ya habían trabajado parte de esos mismos textos en su paso por la Escuela Provincial de Teatro de Rosario, etapa en la que Palma fue uno de sus docentes.
Respecto del recorrido realizado, Razuk, un actor de gran proyección en la escena porteña con trabajos como Severino (la otra historia), Camino del cielo o la reciente Yocasta, por la que está nominado al premio Florencio Sánchez, rememoró: “Cacho me llama y me cuenta de su material, proponiéndome a dos actrices que en su momento fueron sus alumnas. La ventaja de que ellas viven en la actualidad en Buenos Aires fue muy importante porque nos habilitaba a ponernos a ensayar en lo inmediato. De repente, me encontré con el texto de un rosarino, dos actrices que si bien no nacieron en Rosario se formaron allí, y yo, que desde hace algún tiempo estoy extrañando el olor de las tablas de mi ciudad, y sentí que, más allá de que la obra se vio y se verá en Buenos Aires, era un buen momento para estrenarla en Rosario. Por eso es que este estreno en La Manzana tiene una carga extra para todos nosotros, sumada a la que de por sí tiene todo estreno, porque de alguna forma todos estamos volviendo a casa por un rato”.
En la puesta de Razuk hay un afuera y un adentro, y el adentro es un mismo espacio escénico en el que ambos personajes, casi en forma arbitraria, ponen de manifiesto su diatriba de mujeres sin
hombres, de esperas interminables, de ilusiones partidas y de vacíos sin remedio.
“La obra, entre otras cosas, pretende contar el universo de dos vidas comunes que si son observadas con detenimiento, nos pertenecen a todos. Hay algo del amor, del futuro, de la desilusión, de la espera y de la muerte, que nos emparienta a todos con esos personajes”, completó Razuk acerca del recorrido que emprenden ambas mujeres en el contexto de la reconstrucción de su imaginario.
Finalmente el actor, que en los últimos años buscó un acercamiento con el teatro local dirigiendo o actuando, expresó: “La idea de este trabajo está en volver a Rosario y tratar de transmitir un deseo, que tiene que ver con reconocer esa identidad que tiene el teatrista local sin compararlo con los creadores de ningún otro lado del país. Creo que se trata de entender que uno es lo que es no en relación al otro, sino con su propia historia y eso nos enorgullece. Por eso con El hilo de vos (z) pretendemos hacer un teatro que hable de nuestra identidad con el que buscaremos recorrer el país”.

lunes, 5 de marzo de 2012

Una encrucijada alucinada



ESTRENO TEATRO. El autor y director local Rody Bertol habla de “Una idea para una pequeña obra (una comedia de acá)”, la nueva producción del Centro Experimental Rosario Imagina, que indaga en las desventuras de un escritor, y que se presenta los sábados, a partir de las 22, en La Manzana, de San Juan 1950


Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del sábado 3 de marzo)
Un equipo artístico consolidado aunque de puertas abiertas, la concreción de una serie de anhelos, y dos décadas de trabajo son algunas de las variables que caracterizan la producción del Centro Experimental Rosario Imagina, que lleva adelante desde 1991 el director, investigador y dramaturgo Rody Bertol. Tras un par de años intensos en materia de funciones y de llegada al público, el grupo estrenará esta noche, a las 22, en La Manzana (San Juan 1950), Una idea para una pequeña obra (una comedia de acá), con texto, dirección y puesta en escena de Rody Bertol, que cuenta con las actuaciones de Juan Nemirovsky, Gisela Sogne, Martín Ovando, Soledad Murguía, Paula Viel, Diego Bollero y Chavo Ghirlanda, con escenografía de Niche Almeyda, asistencia de montaje de Natalia Trejo y Sofía Dibidino Ballario, y entrenamiento actoral de Claudio Danterre.
Jugando entre la comedia televisiva y los gags de Alberto Olmedo, aunque sin perder de vista la singularidad de Woody Allen, como tampoco los discursos sagrados de Chejov o Shakespeare, Bertol se aventuró a narrar la historia de Pedro, el protagonista, quien es abandonado por su mujer y atrapado en una encrucijada mortal, al tiempo que se debatirá entre su vocación de escribir y el valor de la amistad para encontrar un sentido a su vida. No le resultará fácil: una excéntrica y pesadillesca fauna de personajes andará suelta por su departamento durante las más extrañas noches de su vida, y dará lugar a situaciones divertidas.
—Se intuye en la propuesta cierto aire a los films de Woody Allen: un dramaturgo, sus vínculos amorosos, una novia invisible…
—Lo inicial fue conformar un equipo con mucha formación teatral. Y cuando comenzamos a construir la dramaturgia no pudimos dejar de caer en la tentación de recordar algunas rutas primaverales de finales de los 80. Una época con tantos rizomas…, “promesas en el bidet y anteojos espejados”. Y fue así que, primero, tomamos algunas viejas comedias de Woody Allen, junto a varios sketchs de “No toca botón”, de Alberto Olmedo, y los cruzamos con eternos fragmentos de Shakespeare y Chejov, que se nos aparecían en las improvisaciones. A partir de experimentar y jugar con esos cruces, de materiales aparentemente tan lejanos y diversos estéticamente, pero que sin embargo inequívocamente forman parte de nuestro imaginario, a lo que iba surgiendo le fuimos agregando sonidos, imágenes, textos y, por supuesto, caprichosamente algunos temas musicales. De este modo, en ese collage, en esa contaminación, fueron apareciendo situaciones disparatadas que a medida que avanzó el proceso nos llevó a inventar una historia que tuviésemos ganas de contar y nos resultara cercana y divertida.
—¿Cuánto de alter ego propio tiene el personaje de Pedro, el dramaturgo que interpreta Juan Nemirovsky?
—Planteada como una comedia dramática, la obra contiene algunos giros, reconstrucciones y “homenajes”. Inevitablemente, el personaje de Pedro, que hace Juan, tiene algunas cuestiones mías, pero sobre todo, tiene mucho del “nosotros”, de los actores y actrices que conozco, de jugar y reírnos de nosotros. Hay, también, algunos guiños de mucha pregnancia. Quizás por eso siento que, dentro de su levedad y cándido semblante, la obra propone pasajes que teníamos el anhelo de expresar profundamente.
—¿Acordás con la idea de que el teatro,
por un lado o por el otro, siempre termina hablando de sí mismo, algo que Chejov, ya que vino a cuento, tenía muy en claro?
—Creo que es así, porque después de todo del lugar más genuino que se puede partir es desde aquél en el que se ha vivido. En el caso del teatro, por suerte, está además el grupo, allí las cosas se mezclan y se multiplican. Porque el teatro, si bien encarna un ideal singular, se expone como voz coral, que acumula en sí misma pluralidades, destinos compartidos, promiscuidades y diferencias. Es un sistema plural, de invenciones, pautas, ambiciones, sueños, lealtades y traiciones. Por eso, actuar es reconocer algo que se ofrece imperfecto, fruto de la inestabilidad y la tensión. Es un acto insuficiente, fragmentado, a través del cual se realiza y despliega una forma. En mayor o menor medida, en Rosario o en cualquier parte, cada puesta en escena, explícita o implícitamente, propone rediscutir las formas con las que se hace teatro.
—Hablar de “una comedia de acá”, ¿remite a un tipo de humor eminentemente rosarino?
—No, aparece el “de acá” porque hay pasajes donde jugamos con algunos giros “olmedianos”, pero en definitiva no sé si tiene algo de rosarino. Rosario tiene grandes cómicos, lo que nosotros hacemos en esta obra es comedia. Es decir: como toda comedia, es una derivación sutil de lo cómico, no se trata de la risa sino de la sonrisa, que se combina con otros sentimientos, como en algunos pasajes dramáticos que hay en la trama.
—Se publicó que remitís a “experimentar con el más bastardo de los géneros: la comedia”; ¿lo decís por su complejidad o por su supuesta banalidad?
—Por las dos cosas: me engancha la comedia porque pueden convivir ambas cuestiones, lo banal y lo profundo. La comedia nació para poner en escena todas aquellas emociones que por no ser heroicas podían ser llamadas vulgares. Así como a la tragedia la constituye el lamento por las desventuras y la muerte del héroe, la clave de la comedia es el deseo sexual insatisfecho; de eso tratan de un modo u otro todas las comedias, tanto las cultas como las populares.
—¿Sos partidario de un teatro que no piensa en el público o todo lo contrario?
—Todo lo contrario: creo que tenemos que partir de nuestros motivos personales pero incluir desde el inicio de un proyecto al otro, al público, no dejarlo afuera. Siempre digo que el teatro es una máquina que la conforman los que hacen teatro, los que ven teatro, es decir el público, y los críticos, y los que no ven teatro, es decir también lo constituye lo que falta. El teatro es un arte que se hace con y para el otro, implica, hace lazo; para mí su compromiso ético se acrecienta cuando da valor a la diversidad. Sabemos que el teatro, desde sus orígenes griegos, fue producto de las intenciones colectivas. Su ensamble es una inscripción y un acontecimiento en un momento grupal, además de ser dirigido a un grupo de espectadores como colectividad.