“Para nosotros, los del teatro, es importante regresar a Shakespeare por un momento. Después, volver a hacer nuestras propias cosas dándonos cuenta de que nada de lo que podamos hacer podrá llegar a ser tan bueno. Este sentido de la perspectiva no es desalentador, es una inspiración”.



Peter Brook




jueves, 22 de abril de 2010

Un campo de batalla cotidiano


El director teatral rosarino Rody Bertol habla de “La familia argentina”, obra inédita del maestro porteño Alberto Ure, en la que actúan Cristian Marchesi, María del Carmen Sojo y Julia Tarditti, que se estrena mañana, a las 22, en La Manzana, de San Juan 1950, donde seguirá en cartel por los próximos tres meses




Por Miguel Passarini
Veinte años puede ser mucho o poco tiempo, depende de lo que se esté hablando. Si se trata de la permanencia de un grupo de teatro rosarino, es casi una eternidad. Lo cierto que el Centro Experimental Rosario Imagina, creado en 1999 por Rody Bertol junto a un grupo de artistas locales, se prepara para comenzar a festejar dos décadas de trabajo ininterrumpidas en la ciudad, desde el estreno de una recordada versión de Edipo Rey, para cerrar el año, en setiembre, con el estreno de una obra que cuenta con dramaturgia del propio Bertol.
Siempre atravesados por la experimentación con textos de Strindberg, Joyce o Chejov, y en los últimos años más avocados a acercar sus propuestas al público, Rosario Imagina, que hace apenas una semana repuso, los viernes a las 22, su recomendable versión de Los días de Julián Bisbal, de Roberto Cossa, estrenará mañana, a las 22, en La Manzana (San Juan 1950), La familia argentina, un texto inédito del maestro porteño Alberto Ure, acaso uno de los grandes pensadores del teatro contemporáneo argentino, cuyas reflexiones (enhorabuena) han sido compiladas en los imperdibles Sacate la careta y Ponete el antifaz.
"Estamos contentos y a la vez muy nerviosos porque somos concientes de la responsabilidad que implica estrenar un texto inédito del maestro Ure, la única obra que escribió y que no terminó, porque en 1998 sufrió un accidente cerebro vascular que se lo impidió. Se trata de un texto maravilloso, sobre todo escrito por alguien que conoce mucho el teatro y sus lugares, y entonces hay una intención en la escritura que sirve para el lucimiento de los actores. Al mismo tiempo, es una comedia muy simple, que la gente va a disfrutar mucho, porque tiene situaciones verdaderamente muy graciosas”, relató Bertol acerca de la propuesta en la que actúan Cristian Marchesi, María del Carmen Sojo y Julia Tarditti.
La familia argentina, acaso uno de los primeros esbozos de lo que la dramaturgia nacional dio en llamar tras los 90 “la disfuncionalidad familiar en escena”, se revela como una comedia disparatada, mordaz y emotiva, pero también como un retrato ácido y sensible puertas adentro de una casa. “Con ironía y un diálogo exquisitamente construido –adelanta Rosario Imagina–, esta obra reconstruye el final de una familia moderna. Pero también es la historia de las pasiones reciprocas entre un hombre, su ex mujer y su hija; quienes convierten el living de una improvisada casa juvenil en un campo de batalla donde se ocupan de diseccionar los vínculos familiares como piezas que no encajan, para volver a armarlos con mucho humor y sarcasmo”.
“Se trata de un texto que pudimos rastrear entre sus papeles y cajones, gracias a la generosidad de (la actriz) Cristina Banegas (quien tuvo la responsabilidad de compilar el material que dio forma a Sacate la careta) y de su esposa Elisa Garneri. Es un texto irónico, sarcástico, que genera un humor muy singular, y que en realidad debimos reconstruir; hasta nos encontramos frente a la rareza de que tenía escritos dos finales en diferentes momentos, así que una vez reconstruida la obra y comenzado los ensayos, definimos uno”, relató el director, quien agregó: “Hemos hecho una producción muy sencilla, apelando a escenografías en desuso y a vestuarios reciclados”.
Bertol, quien contó a Ure entre sus más queridos maestros (su versión de 2007 de Los invertidos, la polémica obra de José González Castillo, puede entenderse también como un homenaje a Ure, quien había versionado la misma obra en 1990), habló del elenco y del recorrido que pretende con el estreno de este texto, que se presentará sólo por tres meses. “Quería compartir este momento con gente que, como yo, también lo ha querido y lo quiere mucho a Ure, o lo ha tenido como maestro. Por este motivo, la dirección de actores estuvo a cargo de Liliana Gioia, que fue su alumna. Del lado de los actores, con Cristian, ya habíamos trabajado juntos en la versión de Edipo Rey y en la de Mateo (Armando Discepolo), y es un actor notable, que hacía tiempo que no trabajaba en este tipo de montajes, del mismo modo que Mari Sojo, que es una gran comediante, una actriz que rápidamente puede conjugar diferentes estilos dentro de la comedia, a quienes se suma Julia Tarditti, que es una joven actriz que encarna a la hija, y es muy bueno lo que hace”.
Respecto de la percepción de la disfuncionalidad de la familia como un potente disparador a partir del cual el teatro argentino ha creado una especie de “subgénero” único en el mundo, el director expresó: “Alberto Ure se dio cuenta de esta problemática mucho antes que otros autores. Incluso, para la reconstrucción de este texto, estuve analizando otros escritos suyos anteriores, algunos de los años 80, donde ya hacía una incisiva crítica a las familias ficcionales de la televisión. En el caso de esta obra, lo que plantea es una familia actual que se conforma a partir de los vestigios de otra familia anterior: son familias constituidas a partir de mujeres y maridos que vienen de integrar otras relaciones similares, y la vuelta de rosca particular que Ure le da a este conflicto es que a partir de esta familia «vigente» se crea una nueva, teniendo en claro que hablar hoy de la familia, no es hablar de aquellas familias de la televisión como los Falcón o los Campanelli. Sin embargo, esta familia «a lo Ure», deja en claro que esos valores que, como suele decirse, son «el núcleo básico de la sociedad», se transmiten de todos modos, aunque de una manera diferente”. Y remató: “Sucede que si el parámetro es la familia Falcón, todo el resto, todo lo que vino después, es irremediablemente disfuncional”.

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