ESTRENO TEATRO. Esta noche, a partir de las 20.30, en el Cultural de Abajo, los actores Cristian Mengoni y Carlos Chiappero protagonizan “Fraternidad”, de Mariano Moro, obra que dirige Carla Saccani al frente de Pasillo Teatro
Por Miguel Passarini (publicado en El Ciudadano & la gente en su edición en papel del viernes 4 de marzo de 2011)
La lúcida y por momentos vertiginosa y dura dramaturgia del marplatense Mariano Moro, autor de importantes textos teatrales tales como La suplente, Quien lo probó lo sabe, De hombre a hombre y Azucena en cautiverio, entre muchos otros, tendrá desde hoy en Rosario una versión de Fraternidad, una de sus piezas más representadas, y una de las obras ganadora de los proyectos de Coproducciones Municipales 2010 que organiza la Secretaría de Cultura.
Se trata de una propuesta del novel grupo Pasillo Teatro que, con dirección de la también actriz Carla Saccani al frente de un importante equipo de artistas rosarinos, pondrá en escena la propuesta en el Cultural de Abajo (San Lorenzo y Entre Ríos), a partir de las 20.30, donde continuará en cartel los restantes viernes del mes.
En la obra, la enrevesada relación de dos hermanas de 50 años, Marta y Lucía, interpretadas aquí por dos actores de 30, dispara un sinnúmero de cuestiones relacionadas con lo complejo de los vínculos, con la atrocidad de las relaciones amor-odio y, sobre todo, con la imposibilidad de escaparse de aquello que dicta la sangre.
La obra comienza cuando Marta llama por teléfono a Lucía, le dice que se va a matar y cuelga. Sin embargo, cuando Lucía entra a salvar a su hermana, la encuentra tomando y comiendo como
si no pasara nada.
Al respecto, adelanta el grupo: “Marta destruirá con su verborrea implacable la vida, el pasado y los sentimientos de su hermana. Pero a veces, la palabra desbordada resulta un arma inofensiva,
de juguete, cuando se bate a duelo con las intrigas y secretos de aquéllos que viven a la sombra de otros”.
“Con Cristian Mengoni, que en la obra interpreta a Marta, veníamos trabajando juntos en un infantil, y con María Belén Ocampo (asistente de dirección) y Carlos Chiappero, que recrea a Lucía, nos conocíamos del cursado en la Escuela Provincial de Teatro. De este modo, ya había un vínculo entre nosotros, aunque nos reencontramos en la Clínica de Producción de Espectáculos que anualmente lleva adelante Romina Mazzadi Arro (Hijos de Roche). Todos nos sumamos a Pasillo Teatro, y de un modo casual nos encontramos con esta obra de Mariano Moro. Fue allí que aquellas ideas que veníamos barajando respecto de poder producir juntos un espectáculo encontraron su cauce definitivo”, relató a El Ciudadano la actriz y directora Carla Saccani.
Respecto de por qué la obra del marplatense generó la atención del equipo de trabajo, la directora reflexionó: “Amo la literatura, y los textos de Moro están llenos de guiños hacia la literatura, hacia mundos que, si bien tienen que ver con el teatro, también proponen otras cosas. Pero, sobre todo, nos interesó mucho la contundencia y la precisión con la que escribe sus obras, y que al mismo tiempo se enfrenta a una inusual incorrección política”.
Respecto de la elección de dos hombres recreando a dos mujeres, Saccani explicó: “Veníamos trabajando la idea de que serían Cristian Mengoni y Carlos Chiappero los que actuarían, y a partir de encontrarnos con el texto se cruzaron una serie de factores que empezaron a coincidir. De todos modos, la idea de que sean varones vestidos de mujer es previa a la lectura de la obra. Fue así como decidimos que serían dos hombres recreando a mujeres partiendo del desafío de corrernos de lo que habitualmente se ve en el teatro respecto del travestismo”.
Con relación a la impronta de los personajes y a los resultados del proceso, Saccani reflexionó: “Básicamente, son personajes fuertes a los que la masculinidad les aporta un plus; sumado a eso,
el discurso político con el trasformismo da un resultado muy potente, y creo que todo eso va en paralelo con la manera de escribir de Moro, porque es agresivo pero a la vez muy inteligente”.
Finalmente, la actriz explicó que, dado que en la ciudad se conoció una versión de la misma obra también protagonizada por hombres (se trató de Horacio Sansivero y Gustavo Sosa), el desafío fue doblemente complejo: “Creo que empezamos a trabajar sobre un estilo de transformismo menos estilizado, con rasgos más quebrados. Nosotros venimos todos de un teatro en el que el cuerpo siempre está comprometido, y por eso la obra tiene desplazamientos corporales muy extrañados, para nada realistas, al tiempo que, lejos de ocultar rasgos de la masculinidad, los exaltamos. Entonces se les notan los pelos en las piernas, se sacan la peluca, no ocultan que son hombres vestidos de mujer”.
El numeroso equipo de trabajo de Fraternidad se completa, entre otros rubros, con escenografía de Cristian Grinolio, Nicolás Cipullo y Cucho Jalil, y la música original de Esteban Sesso.
Por Miguel Passarini (publicado en El Ciudadano & la gente en su edición en papel del viernes 4 de marzo de 2011)
La lúcida y por momentos vertiginosa y dura dramaturgia del marplatense Mariano Moro, autor de importantes textos teatrales tales como La suplente, Quien lo probó lo sabe, De hombre a hombre y Azucena en cautiverio, entre muchos otros, tendrá desde hoy en Rosario una versión de Fraternidad, una de sus piezas más representadas, y una de las obras ganadora de los proyectos de Coproducciones Municipales 2010 que organiza la Secretaría de Cultura.
Se trata de una propuesta del novel grupo Pasillo Teatro que, con dirección de la también actriz Carla Saccani al frente de un importante equipo de artistas rosarinos, pondrá en escena la propuesta en el Cultural de Abajo (San Lorenzo y Entre Ríos), a partir de las 20.30, donde continuará en cartel los restantes viernes del mes.
En la obra, la enrevesada relación de dos hermanas de 50 años, Marta y Lucía, interpretadas aquí por dos actores de 30, dispara un sinnúmero de cuestiones relacionadas con lo complejo de los vínculos, con la atrocidad de las relaciones amor-odio y, sobre todo, con la imposibilidad de escaparse de aquello que dicta la sangre.
La obra comienza cuando Marta llama por teléfono a Lucía, le dice que se va a matar y cuelga. Sin embargo, cuando Lucía entra a salvar a su hermana, la encuentra tomando y comiendo como
si no pasara nada.
Al respecto, adelanta el grupo: “Marta destruirá con su verborrea implacable la vida, el pasado y los sentimientos de su hermana. Pero a veces, la palabra desbordada resulta un arma inofensiva,
de juguete, cuando se bate a duelo con las intrigas y secretos de aquéllos que viven a la sombra de otros”.
“Con Cristian Mengoni, que en la obra interpreta a Marta, veníamos trabajando juntos en un infantil, y con María Belén Ocampo (asistente de dirección) y Carlos Chiappero, que recrea a Lucía, nos conocíamos del cursado en la Escuela Provincial de Teatro. De este modo, ya había un vínculo entre nosotros, aunque nos reencontramos en la Clínica de Producción de Espectáculos que anualmente lleva adelante Romina Mazzadi Arro (Hijos de Roche). Todos nos sumamos a Pasillo Teatro, y de un modo casual nos encontramos con esta obra de Mariano Moro. Fue allí que aquellas ideas que veníamos barajando respecto de poder producir juntos un espectáculo encontraron su cauce definitivo”, relató a El Ciudadano la actriz y directora Carla Saccani.
Respecto de por qué la obra del marplatense generó la atención del equipo de trabajo, la directora reflexionó: “Amo la literatura, y los textos de Moro están llenos de guiños hacia la literatura, hacia mundos que, si bien tienen que ver con el teatro, también proponen otras cosas. Pero, sobre todo, nos interesó mucho la contundencia y la precisión con la que escribe sus obras, y que al mismo tiempo se enfrenta a una inusual incorrección política”.
Respecto de la elección de dos hombres recreando a dos mujeres, Saccani explicó: “Veníamos trabajando la idea de que serían Cristian Mengoni y Carlos Chiappero los que actuarían, y a partir de encontrarnos con el texto se cruzaron una serie de factores que empezaron a coincidir. De todos modos, la idea de que sean varones vestidos de mujer es previa a la lectura de la obra. Fue así como decidimos que serían dos hombres recreando a mujeres partiendo del desafío de corrernos de lo que habitualmente se ve en el teatro respecto del travestismo”.
Con relación a la impronta de los personajes y a los resultados del proceso, Saccani reflexionó: “Básicamente, son personajes fuertes a los que la masculinidad les aporta un plus; sumado a eso,
el discurso político con el trasformismo da un resultado muy potente, y creo que todo eso va en paralelo con la manera de escribir de Moro, porque es agresivo pero a la vez muy inteligente”.
Finalmente, la actriz explicó que, dado que en la ciudad se conoció una versión de la misma obra también protagonizada por hombres (se trató de Horacio Sansivero y Gustavo Sosa), el desafío fue doblemente complejo: “Creo que empezamos a trabajar sobre un estilo de transformismo menos estilizado, con rasgos más quebrados. Nosotros venimos todos de un teatro en el que el cuerpo siempre está comprometido, y por eso la obra tiene desplazamientos corporales muy extrañados, para nada realistas, al tiempo que, lejos de ocultar rasgos de la masculinidad, los exaltamos. Entonces se les notan los pelos en las piernas, se sacan la peluca, no ocultan que son hombres vestidos de mujer”.
El numeroso equipo de trabajo de Fraternidad se completa, entre otros rubros, con escenografía de Cristian Grinolio, Nicolás Cipullo y Cucho Jalil, y la música original de Esteban Sesso.
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