ESTRENO TEATRO
Miguel Franchi habla de “Venado Tuerto”, de Leonel Giacometto, obra ganadora de Coproducciones 2010, que cuenta con las actuaciones de Evangelina Ambrogi, Anabela Agostini y Marcela Sartini, que se conoce esta noche, a partir de las 22, en el Centro de Estudios Teatrales
Por Miguel Passarini (Publicada en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del viernes 1º de abril de 2010)
Dos mujeres en una peluquería de pueblo hablan, desde su óptica, de su cotidianidad. Una tercera llega para provocar un conflicto. Se trata de Venado Tuerto, obra de Leonel Giacometto (Arritmia, Madagascar) que integró la lista de las ganadoras de Coproducciones Municipales 2010, y que esta noche a las 22, con dirección de Miguel Franchi y las actuaciones de Evangelina
Ambrogi, Anabela Agostini, Marcela Sartini, se conocerá en el Centro de Estudios Teatrales (CET, San Juan 842).
Según se adelanta en el parte de prensa, “Venado Tuerto es la descripción étnica de una urbe pequeña, con vestigios de ciudad, pero con hábitos de pueblo”.
“Es una idea impulsada por las tres actrices, quienes convocaron a Leonel Giacometto para que escribiera el texto. Comenzaron a ensayar, se presentaron a Coproducciones 2010, y ganaron. Allí ya había en ellas un impulso que luego pude comprobar cuando me convocan a mí para que las dirija. La verdad es que no nos conocíamos y fue muy bueno porque me encontré con tres actrices muy talentosas, muy bien formadas técnicamente, y muy trabajadoras. Fue un proceso de ensayo muy intenso y estoy muy contento con el resultado”, relató el actor y director Miguel
Franchi a El Ciudadano.
Con relación al nombre Venado Tuerto, que remite a esa localidad del sur santafesino, el director dijo: “Seguramente, entre las cosas que motivaron a Leonel a escribir esta obra y ponerle de título Venado Tuerto, habrá muchas cosas de su mundo personal o un deseo de expresarlo así, porque lo de «tuerto», en relación a la mirada, también tiene lo suyo. De todos modos, la localidad podría ser Bigand, Firmat, Tiro Suizo, Empalme Graneros o una peluquería del centro de Rosario; al menos eso fue lo que resultó en el equipo después de los ensayos”.
Respecto de la idea que refleja el conflicto de la obra, en la que tres mujeres en una peluquería hablan de aquello que se oculta en una comunidad pequeña, y sacan a relucir sus “singulares” apreciaciones respecto de temas complejos como la dictadura, los desaparecidos o la unión entre
personas del mismo sexo, Franchi se explayó: “Es un sábado a la tarde en esa peluquería, y aparece esta cuestión del aburrimiento y los comentarios sobre distintos temas, hasta que llega la clienta que estas dos mujeres estaban esperando, y es allí donde aparecen otros temas que no son tan triviales, aunque en la vida de algunas de ellas hayan sido temas completamente ignorados. Entre esos temas aparecen el matrimonio igualitario y la represión de los años 70 y sus consecuencias, como el tema de los niños apropiados por los genocidas. Cuando todo eso está sobre la mesa, la obra pasa para otro registro, se va para otro lado”.
Con relación al modo en el que el equipo se acercó a la temática, el director explicó: “La verdad es que me costaba definir en palabras qué es lo que uno pretende contar: creo que la clave está en la sorpresa, en cómo lo cotidiano acciona en ciertos lugares, del mismo modo que poder plantear cómo la negación acerca de determinado tema puede dejar de ser efectiva y que en algún momento hay que enterarse”. Y agregó: “Cuando leí la obra, sin las actrices en el espacio, vi un texto muy provocador y riesgoso, y quise asumir ese riesgo, porque no podemos hacer obras de teatro donde los personajes digan sólo aquello que uno quisiera oír. De hecho: en todo lo que uno ve, salvo con los héroes que así son de aburridos, hay cosas o los personajes tienen debilidades que los vuelven jodidos, y quizás sea ésa la clave de un buen argumento. Precisamente, por esa provocación, creo que es una obra muy bien escrita”.
Finalmente, el creador de El 45 y del reconocido personaje Germinal Terrakius, reflexionó: “Me tomé mi tiempo, porque no podía dejar de pensar en esas cuestiones de la obra, y decidí que debía hacerla, más allá de que a algunas personas no le guste lo que dicen por momentos los personajes, pero es lo mismo que dice mucha gente y no sólo en las peluquerías, también lo escuchás en la cola del Iapos. Respecto de esta cuestión, hablé bastante con amigos y gente del medio con los que nos conocemos por compartir el oficio en los últimos 30 años; uno de ellos, que sufrió la represión en carne propia, me dijo: «Si querés correr el riesgo, con esta obra, vas a instalar un debate hacia adentro de nuestro propio campo. Yo pienso que el debate es útil siempre, y si debatiendo alguna persona se enoja yo puedo pagar ese costo, no le tengo miedo a los efectos de lo que la puesta en escena de esta obra pueda generar”.
Miguel Franchi habla de “Venado Tuerto”, de Leonel Giacometto, obra ganadora de Coproducciones 2010, que cuenta con las actuaciones de Evangelina Ambrogi, Anabela Agostini y Marcela Sartini, que se conoce esta noche, a partir de las 22, en el Centro de Estudios Teatrales
Por Miguel Passarini (Publicada en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del viernes 1º de abril de 2010)
Dos mujeres en una peluquería de pueblo hablan, desde su óptica, de su cotidianidad. Una tercera llega para provocar un conflicto. Se trata de Venado Tuerto, obra de Leonel Giacometto (Arritmia, Madagascar) que integró la lista de las ganadoras de Coproducciones Municipales 2010, y que esta noche a las 22, con dirección de Miguel Franchi y las actuaciones de Evangelina
Ambrogi, Anabela Agostini, Marcela Sartini, se conocerá en el Centro de Estudios Teatrales (CET, San Juan 842).
Según se adelanta en el parte de prensa, “Venado Tuerto es la descripción étnica de una urbe pequeña, con vestigios de ciudad, pero con hábitos de pueblo”.
“Es una idea impulsada por las tres actrices, quienes convocaron a Leonel Giacometto para que escribiera el texto. Comenzaron a ensayar, se presentaron a Coproducciones 2010, y ganaron. Allí ya había en ellas un impulso que luego pude comprobar cuando me convocan a mí para que las dirija. La verdad es que no nos conocíamos y fue muy bueno porque me encontré con tres actrices muy talentosas, muy bien formadas técnicamente, y muy trabajadoras. Fue un proceso de ensayo muy intenso y estoy muy contento con el resultado”, relató el actor y director Miguel
Franchi a El Ciudadano.
Con relación al nombre Venado Tuerto, que remite a esa localidad del sur santafesino, el director dijo: “Seguramente, entre las cosas que motivaron a Leonel a escribir esta obra y ponerle de título Venado Tuerto, habrá muchas cosas de su mundo personal o un deseo de expresarlo así, porque lo de «tuerto», en relación a la mirada, también tiene lo suyo. De todos modos, la localidad podría ser Bigand, Firmat, Tiro Suizo, Empalme Graneros o una peluquería del centro de Rosario; al menos eso fue lo que resultó en el equipo después de los ensayos”.
Respecto de la idea que refleja el conflicto de la obra, en la que tres mujeres en una peluquería hablan de aquello que se oculta en una comunidad pequeña, y sacan a relucir sus “singulares” apreciaciones respecto de temas complejos como la dictadura, los desaparecidos o la unión entre
personas del mismo sexo, Franchi se explayó: “Es un sábado a la tarde en esa peluquería, y aparece esta cuestión del aburrimiento y los comentarios sobre distintos temas, hasta que llega la clienta que estas dos mujeres estaban esperando, y es allí donde aparecen otros temas que no son tan triviales, aunque en la vida de algunas de ellas hayan sido temas completamente ignorados. Entre esos temas aparecen el matrimonio igualitario y la represión de los años 70 y sus consecuencias, como el tema de los niños apropiados por los genocidas. Cuando todo eso está sobre la mesa, la obra pasa para otro registro, se va para otro lado”.
Con relación al modo en el que el equipo se acercó a la temática, el director explicó: “La verdad es que me costaba definir en palabras qué es lo que uno pretende contar: creo que la clave está en la sorpresa, en cómo lo cotidiano acciona en ciertos lugares, del mismo modo que poder plantear cómo la negación acerca de determinado tema puede dejar de ser efectiva y que en algún momento hay que enterarse”. Y agregó: “Cuando leí la obra, sin las actrices en el espacio, vi un texto muy provocador y riesgoso, y quise asumir ese riesgo, porque no podemos hacer obras de teatro donde los personajes digan sólo aquello que uno quisiera oír. De hecho: en todo lo que uno ve, salvo con los héroes que así son de aburridos, hay cosas o los personajes tienen debilidades que los vuelven jodidos, y quizás sea ésa la clave de un buen argumento. Precisamente, por esa provocación, creo que es una obra muy bien escrita”.
Finalmente, el creador de El 45 y del reconocido personaje Germinal Terrakius, reflexionó: “Me tomé mi tiempo, porque no podía dejar de pensar en esas cuestiones de la obra, y decidí que debía hacerla, más allá de que a algunas personas no le guste lo que dicen por momentos los personajes, pero es lo mismo que dice mucha gente y no sólo en las peluquerías, también lo escuchás en la cola del Iapos. Respecto de esta cuestión, hablé bastante con amigos y gente del medio con los que nos conocemos por compartir el oficio en los últimos 30 años; uno de ellos, que sufrió la represión en carne propia, me dijo: «Si querés correr el riesgo, con esta obra, vas a instalar un debate hacia adentro de nuestro propio campo. Yo pienso que el debate es útil siempre, y si debatiendo alguna persona se enoja yo puedo pagar ese costo, no le tengo miedo a los efectos de lo que la puesta en escena de esta obra pueda generar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario