“Para nosotros, los del teatro, es importante regresar a Shakespeare por un momento. Después, volver a hacer nuestras propias cosas dándonos cuenta de que nada de lo que podamos hacer podrá llegar a ser tan bueno. Este sentido de la perspectiva no es desalentador, es una inspiración”.



Peter Brook




miércoles, 16 de mayo de 2012

Una familia, entre distorsión y perversión




ESTRENO TEATRO. Los sábados, a las 22 en el CET, de San Juan al 800, se presenta “Telarañas”, obra escrita por Tato Pavlovsky, con las actuaciones de Julia Tarditti, Federico De Battista y Nicolás Palma, bajo la dirección de Malén Meazza

Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del sábado 5 de mayo de 2012)

Telarañas, un clásico de la dramaturgia de Eduardo Tato Pavlovsky escrito y estrenado a fines de la década del 70, regresó a la cartelera local de la mano de un joven equipo artístico que de este modo se constituye como grupo de trabajo.
La puesta, que se presenta los sábados a las 22 en el CET (San Juan 842), cuenta con las actuaciones de Julia Tarditti, Federico De Battista y Nicolás Palma, bajo la dirección de Malén Meazza, con la asistencia de Carla Tealdi, diseño de vestuario de Pilar Ramos y Ramiro Sorrequieta, y música original y material audiovisual de Sistema de Sonido Descontrol (David Gustafsson, Germán Illuminati, Osvaldo Zulo).
La obra, una producción general del novel grupo Dedoenelojo Teatro, resultó ganadora del Concurso Subsidios para Teatro 2011, del área Artes Escénicas de la Municipalidad de Rosario.
Si bien el relato en el momento de su estreno en 1977 hablaba metafóricamente, a partir de una familia, de la destrucción de un país frente a los embates de la dictadura, hoy, desde la adaptación propuesta, está hablando de otra cosa. “Se trata de mi trabajo de tesis de la carrera de dirección, que se presentó en diciembre pasado a modo de preestreno. Este es el estreno oficial, y la obra muestra a una familia, los padres y su hijo. Es un texto muy comprometido con la temática de la dictadura, por eso fue que preferimos aislarlo en cierto modo de aquél contexto y traerlo más a nuestra contemporaneidad”, relató a El Ciudadano Malén Meazza, quien agregó: “Nosotros como jóvenes de entre 20 y 30 años, más allá de hablar de las relaciones fascistas dentro de la familia, le damos una vuelta aportando a la trama la historia que vivimos como una generación que es hija del modelo neoliberal instalado por el menemismo”.
“Hoy, nosotros, –continuó la directora– como generación, nos sentimos de algún modo los hijos del modelo neoliberal que, incluso, viene desde la época de la dictadura militar, por eso es que buscamos develar en la intervención del texto, es decir a través de un hecho artístico, la estructura ideológica que subyace en toda las relaciones familiares”.
En la puesta, la resistencia de un chico que fue criado en el maltrato y la ignorancia, queda librada al azar del destino: “Su suerte se juega en la ruleta y gana la desgracia. El padre y la madre desvarían con sueños superfluos y miran la realidad por la puerta de un ropero, en un intento por negar que son parte de esa misma realidad”, adelantan desde el grupo, al tiempo que completan: “Se juegan entonces relaciones perversas y tergiversadas, donde cada uno lucha de forma mediocre por sus propias necesidades, donde se percibe algo que nos roza o nos toca demasiado de cerca a todos”.
“De todos modos –completó la directora–, hacemos un pantallazo de lo que pasó desde el momento en el que se escribió la obra hasta este tiempo, porque lo que más nos atrajo del texto es su vigencia. Por eso tratamos de que el espectador tenga algún tipo de identificación con lo que pasa en escena, con esa distorsión de la realidad que provocan estos personajes”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario