ÍNTIMO. María Graña habla de “Entre nosotros”, el show que la trae de regreso a Rosario para presentarse esta noche, a partir de las 21, en el teatro municipal La Comedia, donde interpreta un puñado de clásicos junto al maestro Esteban Morgado
Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del viernes 30 de marzo de 2012)
Un puñado de canciones conocidas, reversionadas y elegidas a partir de la mirada del público, van de la mano de la sensibilidad y el talento de una dupla que fue la gran sorpresa de la pasada temporada porteña. Con Entre nosotros (ya desde el título se alude a una cierta intimidad), la cantante María Graña y el músico Esteban Morgado junto a su cuarteto le dieron forma a un proyecto que nació de la necesidad de estar cerca de la gente, esa misma gente que la considera la mejor voz femenina del tango desde hace cuatro décadas.
Entre nosotros desembarcará esta noche, a las 21, en el teatro municipal La Comedia (Mitre y Ricardone), y por allí pasarán clásicos como “Nada”, “Malena”, “Cafetín de Buenos Aires” o “Caserón de tejas”, piezas tan porteñas como el reducto 36 Billares donde tomó forma y se consolidó un proyecto que, finalmente, entre aplausos y bises, derivó en un disco.
“En realidad, este disco surge a partir del ciclo que hicimos el año pasado en 36 Billares (en el corazón de la porteña Avenida de Mayo), y fue concebido ahí, en ese lugar que es tan emblemático de Buenos Aires y al que la gente apoyó muchísimo. Fue en el marco de esa exitosa serie de presentaciones que empezamos a pensar el repertorio, y se dio, casi de modo casual, que el público terminó eligiendo los temas, porque en realidad este fue un espectáculo en el que pensamos mucho en el público”, relató María Graña, la misma que a lo largo de su vastísima trayectoria compartió escenarios, entre otros, con el maestro Osvaldo Pugliese, con quien debutó
en 1973.
“Creo que este formato que le dimos –continuó– es muy loable, porque aquí están María y Esteban solos, cantando con la guitarra y para el público, y luego con el cuarteto (de Esteban Morgado) que le dio a toda la propuesta un color diferente, una calidad singular”.
Con relación al lugar que ocupa dentro del ámbito de la música popular argentina, la cantante reflexionó: “Siempre pensé que lo más importante es el reconocimiento que viene de parte del público, más allá de la opinión de los colegas. Porque cuarenta años en esta bendita profesión me han valido, entre otras cosas, para ser reconocida con importantes premios, pero siempre es más valioso ser reconocido, como artista, por el público; ése es un premio muy importante, el más importante de todos”.
Por otra parte, Graña reflexionó acerca del lugar que ofrece el medio a los verdaderos artistas, en un época en las que los “artistas” suelen salir de los realities: “Yo creo que de a poco se van ganando lugares y nuevamente se está pensando, como pasa por ejemplo con la Televisión Pública, en darle un lugar al tango; tengo la sensación de que en muy poco tiempo los tangueros vamos a volver a tener algún programa de tango importante en tevé, que además es un espacio muy necesario. Por eso es que no miro los realities para cantantes porque no me llaman la atención. Yo viví una época de la televisión muy importante donde el protagonista era el artista, y viví una televisión diferente, en la que disfruté mucho de estar cerca de los grandes maestros. Por eso, en este momento no me interesa ver esta televisión porque es demasiado ficticia”.
En relación con la vigencia de algunos cantantes surgidos de los concursos televisivos y de la radical diferencia entre un cantante y un artista, Graña expresó: “La diferencia está en que un artista se hace a partir de su trabajo y a los cantantes de ahora, esos que surgen de los realities, los hacen los productores”.
Respecto de la selección de temas, en el marco de un repertorio siempre abierto a la demanda del público de cada velada, la cantante detalló: “Son tantos años y tantas canciones, que fueron forjando un repertorio muy extenso; he cantado muchos tangos, pero siempre digo que el que tiene que elegir, en definitiva, es el público, que es al que nosotros apuntamos para dejar el recuerdo de los grandes autores y compositores de la música popular, como Sebastián Piana y Cátulo Castillo en “Caserón de tejas”, Discépolo, Delfino o la dupla Piazzolla-Ferrer («Oblivión»). Pero, además, he sido siempre muy cuidadosa con el repertorio que elijo, porque primero me tiene que gustar a mí para después poder transmitírselo al público; lo importante es que lo que interpreto sea creíble: yo no podría cantar algo que no siento”.
Por otra parte, respecto de la participación del público en el show, detalló: “La gente siempre pide aquello que quiere escuchar, y con Esteban tenemos una situación que se repite, en la que, en el camarín, yo le recuerdo algún tango y él, con su maravilloso virtuosismo con el que puede tocar todo lo que se propone, y su gran generosidad, siempre me dice: «Si querés lo hacemos»”.
Del lado de Graña, Entre nosotros está dedicado a Mochín Morafioti, el recordado maestro de la música y la radiofonía argentina que además fue su marido: “Yo lo recuerdo permanentemente, porque no sólo fue un gran esposo y padre de mis hijos, sino también un gran manager que me guió en momentos muy importantes y definitorios de mi carrera, en los que me aconsejaba, siempre, que hiciera aquello que me gustaba. Juntos escuchábamos mucha música: yo aprendí a escuchar música con Mochín, a poder entender la música desmenuzándola. Y así, por ejemplo, escuchábamos algunos discos de Sinatra o de Tony Bennett, a quien sigo escuchando siempre, y quizás no muchos discos de tango. Él fue quien me enseñó a escuchar la buena música y eso fue muy importante para mi trabajo”.
Finalmente, respecto de la grabación de una versión de “Nada” (tango que también se incluye en el presente CD), que la cantante compartió con la recordada Mercedes Sosa en el disco doble (un verdadero legado) Cantora, expresó: “Fue una experiencia maravillosa, porque Mercedes fue siempre una gran colaboradora de los músicos y artistas y yo, que tuve la suerte de conocerla bien de cerca, siento que haber participado en Cantora es pertenecer, formar parte de un disco que ya es histórico”.
Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del viernes 30 de marzo de 2012)
Un puñado de canciones conocidas, reversionadas y elegidas a partir de la mirada del público, van de la mano de la sensibilidad y el talento de una dupla que fue la gran sorpresa de la pasada temporada porteña. Con Entre nosotros (ya desde el título se alude a una cierta intimidad), la cantante María Graña y el músico Esteban Morgado junto a su cuarteto le dieron forma a un proyecto que nació de la necesidad de estar cerca de la gente, esa misma gente que la considera la mejor voz femenina del tango desde hace cuatro décadas.
Entre nosotros desembarcará esta noche, a las 21, en el teatro municipal La Comedia (Mitre y Ricardone), y por allí pasarán clásicos como “Nada”, “Malena”, “Cafetín de Buenos Aires” o “Caserón de tejas”, piezas tan porteñas como el reducto 36 Billares donde tomó forma y se consolidó un proyecto que, finalmente, entre aplausos y bises, derivó en un disco.
“En realidad, este disco surge a partir del ciclo que hicimos el año pasado en 36 Billares (en el corazón de la porteña Avenida de Mayo), y fue concebido ahí, en ese lugar que es tan emblemático de Buenos Aires y al que la gente apoyó muchísimo. Fue en el marco de esa exitosa serie de presentaciones que empezamos a pensar el repertorio, y se dio, casi de modo casual, que el público terminó eligiendo los temas, porque en realidad este fue un espectáculo en el que pensamos mucho en el público”, relató María Graña, la misma que a lo largo de su vastísima trayectoria compartió escenarios, entre otros, con el maestro Osvaldo Pugliese, con quien debutó
en 1973.
“Creo que este formato que le dimos –continuó– es muy loable, porque aquí están María y Esteban solos, cantando con la guitarra y para el público, y luego con el cuarteto (de Esteban Morgado) que le dio a toda la propuesta un color diferente, una calidad singular”.
Con relación al lugar que ocupa dentro del ámbito de la música popular argentina, la cantante reflexionó: “Siempre pensé que lo más importante es el reconocimiento que viene de parte del público, más allá de la opinión de los colegas. Porque cuarenta años en esta bendita profesión me han valido, entre otras cosas, para ser reconocida con importantes premios, pero siempre es más valioso ser reconocido, como artista, por el público; ése es un premio muy importante, el más importante de todos”.
Por otra parte, Graña reflexionó acerca del lugar que ofrece el medio a los verdaderos artistas, en un época en las que los “artistas” suelen salir de los realities: “Yo creo que de a poco se van ganando lugares y nuevamente se está pensando, como pasa por ejemplo con la Televisión Pública, en darle un lugar al tango; tengo la sensación de que en muy poco tiempo los tangueros vamos a volver a tener algún programa de tango importante en tevé, que además es un espacio muy necesario. Por eso es que no miro los realities para cantantes porque no me llaman la atención. Yo viví una época de la televisión muy importante donde el protagonista era el artista, y viví una televisión diferente, en la que disfruté mucho de estar cerca de los grandes maestros. Por eso, en este momento no me interesa ver esta televisión porque es demasiado ficticia”.
En relación con la vigencia de algunos cantantes surgidos de los concursos televisivos y de la radical diferencia entre un cantante y un artista, Graña expresó: “La diferencia está en que un artista se hace a partir de su trabajo y a los cantantes de ahora, esos que surgen de los realities, los hacen los productores”.
Respecto de la selección de temas, en el marco de un repertorio siempre abierto a la demanda del público de cada velada, la cantante detalló: “Son tantos años y tantas canciones, que fueron forjando un repertorio muy extenso; he cantado muchos tangos, pero siempre digo que el que tiene que elegir, en definitiva, es el público, que es al que nosotros apuntamos para dejar el recuerdo de los grandes autores y compositores de la música popular, como Sebastián Piana y Cátulo Castillo en “Caserón de tejas”, Discépolo, Delfino o la dupla Piazzolla-Ferrer («Oblivión»). Pero, además, he sido siempre muy cuidadosa con el repertorio que elijo, porque primero me tiene que gustar a mí para después poder transmitírselo al público; lo importante es que lo que interpreto sea creíble: yo no podría cantar algo que no siento”.
Por otra parte, respecto de la participación del público en el show, detalló: “La gente siempre pide aquello que quiere escuchar, y con Esteban tenemos una situación que se repite, en la que, en el camarín, yo le recuerdo algún tango y él, con su maravilloso virtuosismo con el que puede tocar todo lo que se propone, y su gran generosidad, siempre me dice: «Si querés lo hacemos»”.
Del lado de Graña, Entre nosotros está dedicado a Mochín Morafioti, el recordado maestro de la música y la radiofonía argentina que además fue su marido: “Yo lo recuerdo permanentemente, porque no sólo fue un gran esposo y padre de mis hijos, sino también un gran manager que me guió en momentos muy importantes y definitorios de mi carrera, en los que me aconsejaba, siempre, que hiciera aquello que me gustaba. Juntos escuchábamos mucha música: yo aprendí a escuchar música con Mochín, a poder entender la música desmenuzándola. Y así, por ejemplo, escuchábamos algunos discos de Sinatra o de Tony Bennett, a quien sigo escuchando siempre, y quizás no muchos discos de tango. Él fue quien me enseñó a escuchar la buena música y eso fue muy importante para mi trabajo”.
Finalmente, respecto de la grabación de una versión de “Nada” (tango que también se incluye en el presente CD), que la cantante compartió con la recordada Mercedes Sosa en el disco doble (un verdadero legado) Cantora, expresó: “Fue una experiencia maravillosa, porque Mercedes fue siempre una gran colaboradora de los músicos y artistas y yo, que tuve la suerte de conocerla bien de cerca, siento que haber participado en Cantora es pertenecer, formar parte de un disco que ya es histórico”.